Tras la exhibición de Ferrer con Berdych, Almagro no pudo rematar ante Stepanek, dejando a España sin su sexta ensaladera.
David Ferrer asombró ante Tomas Berdych pero Radek Stepanek no faltó a su cita postrera con la historia del tenis, y en su final número 100 la Ensaladera se quedó por segunda vez en Praga. El O2 Arena explotó como una olla a presión cuando el último revés de Nicolás Almagro dejó en la red los sueños españoles del sexto título en la Davis.
Sin reproches, sin Nadal y pese al fascinante Ferrer, el triunfo español en esta final pasaba por rebajar los riesgos que se acumulaban entre Berdych, Stepanek, la pista y el ambiente extraños. El viernes, Almagro desgastó a Berdych, pero 56 errores no forzados le hundieron ante Stepanek en una ciénaga de presión y agarrotamiento que acabó tragándoselo.
En fin, Ferrer voló como un cohete fulminante de mascletá ante un aplanado Berdych que, en comparación, parecía ir con los pies hundidos en cemento fresco: el 6-2, 6-3 y 7-5 valía a Ferrer su triunfo número 76 de 2012, plusmarca del año en la ATP, y sellaba el 2-2 en la final.
Pronto, Stepanek atacó frontalmente a Almagro, que nunca encontró el sitio en la pista bajo el asalto sostenido de Steps: 6-4, 7-6, 3-6 y 6-3. Tras aquel revés de Almagro a la red, la Ensaladera se quedó en Praga.
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