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La Evolución de las Raquetas de Tenis

Estamos acostumbrados a ver a los jugadores de tenis con raquetas muy modernas, realizadas por las marcas más potentes del mercado, donde ponen todos los materiales más técnicos para ajustarse a las necesidades del tenista, pero ¿Ha sido siempre así? La evolución de las raquetas de tenis ha sido tremenda, tanto en materiales como en formas, aunque hoy nos parezca que siempre fueron iguales.


Las Primeras Raquetas

Si nos acercamos a las primeras raquetas de lo que hoy llamamos tenis –allá por el siglo XV- estaban hechas de una pieza y tenían un cordaje flojo, aunque fueron las primeras que usaron cordaje. Poco a poco fueron evolucionando durante los siglos siguientes, siendo primero más pequeñas que las actuales, y teniendo un cordaje en diagonal, para luego engrandecer su tamaño y pasar a ser más parecidas en medida a las de hoy. Sin embargo, se puede decir que hasta el siglo XIX, las raquetas de tenis como tales no comenzaron a cuajarse.

Precisamente por esa época se produjo el primer punto de inflexión de las raquetas de tenis: se separó el mango del cordaje. Es decir, ya no eran solo una pieza como hasta el momento, por lo que dejaron de fabricarse las raquetas de una pieza. También, por esa época, el cordaje comenzó a ser vertical y horizontal, tal y como lo es hoy, desechándose el cordaje diagonal.


Evolución de las Raquetas de Tenis

Raquetas de Madera

Por esa época, las raquetas de tenis eran de madera de nogal, de fresno o de roble, incluso había algunas de caoba, buscando siempre aligerar el peso de las mismas. Poco a poco se empezó a utilizar también madera de arce, de cedro, de abedul e incluso de tilo, lo que las aligeraba un poco más.

Sin embargo, no solo se introdujeron nuevos materiales, sino también mejoras en las raquetas. Por ejemplo, en 1930 empezó a introducirse un clavo transversal en el cuello de la raqueta. El motivo era que fuera más sólida al golpear la pelota.

Con todos estos cambios, a mitad de siglo XX la mayoría de las raquetas eran de madera laminada, con un mango de cuero y cuerdas de nailon, para conservar la presión y la resistencia en el golpeo.


La Revolución Industrial

Por esta época el tenis vivió uno de sus primeros auges y las grandes marcas empiezan a fabricar la raqueta de forma industrial, y casi en su totalidad con láminas de madera, como fue el caso de Slazenger, Wilson o Dunlop, que dominaban el mercado.


Raquetas Metálicas

Sin embargo, el otro punto de inflexión llegó en 1965 cuando René Lacoste introdujo una raqueta metálica, lo que ganó en fortaleza y ligereza, y con la que los propios jugadores podían reducir la fatiga de sus partidos. Con esta raqueta se conquistaron 46 títulos de Grand Slam entre 1966 y 1978. La marca Wilson se sumó a este cambio ampliando en uno de sus modelos metálicos la zona de golpeo y haciéndola más cercana a la raqueta que hoy conocemos.


Medidas Homologadas

En la década de los 80 se definió una longitud máxima homologada para todas las raquetas de competición y se empezó a recubrir el mango con materiales sintéticos que mejoraba el agarre, e introduciendo el grafito como material básico y desapareciendo por completo la madera en esta década.


Raquetas de Tecnología Punta

Fue a principios de siglo XXI cuando la fibra de vidrio o el hipercarbón coparon el mercado, con el mango de fibra de carbono, e introduciendo un hueco en el diseño para evitar vibraciones al golpear la bola, y virando todos los fabricantes de raquetas a materiales y formas que mejoren la potencia y el control aplicando tecnología puntera a las raquetas, lejos de aquellas de madera que pesaban y tenían un cordaje flojo, un giro tremendo en apenas 100 años.